Por Venegas Muñoz.
In absentia
mortis, tal como se nos presenta, es engañosa de revisar.
Como toda
obra local, nos obliga a balancear si es justo hacer críticas a un trabajo con
algún grado de cercanía, donde a veces conocemos a los autores o donde se
reconstruye un personaje icónico de nuestra niñez. Podemos darnos infinitas
vueltas sobre lo que se puede esperar de autores que están a un tiro de piedra
y al mismo tiempo inmersos en un mercado global. Sobre si cuando vemos algo bueno
no estamos sobando un lomo de amigo o cuando criticamos no estamos acusando
nuestras propias fallas. Son muchos cuestionamientos y a mi juicio intentar
responderlos es un esfuerzo inútil. Dicho lo anterior, mi intención es a
revisar este libro como un lector y no como un ocasional autor, pero sepan
disculparme si el punto de vista de alguien que de vez en cuando toma los
lápices y el teclado se cuela en el baile.
Ante todo in
absentia es un libro muy bonito. Eso es un valor. Los que tenemos comic/novela
gráfica como quieran llamarlo en nuestras bibliotecas (y que no caemos en el
estereotipo del coleccionista con mil números de superhéroes) a veces nos
complicamos sobre si un volumen de historieta se mezcla bien con el resto de lo
que leemos, si no nos obliga a infantilizarnos y a soslayar trabajo que si le
exigimos a otras obras. Acá ese tema no existe. El libro tiene un trabajo de
diseño muy sobrio y cuidado, y eso habla de interés y respeto, por la obra y el
lector.
Adentro, si
leemos la contratapa o algo hemos escuchado de este volumen sabremos que nos
esperan múltiples autores, con diferentes muñecas, estilos y ritmos narrativos.
El prólogo nos advierte que cuando los instigadores de esta idea se lo
propusieron eligieron esa modalidad con la salvaguarda de una dirección
editorial fuerte y clara. Desconozco los pormenores del proceso, pero a mi
juicio esa dirección no bastó para borrar el fantasma de la calidad dispar. Una
de las causas pudo ser quizá una de las mayores virtudes del libro: hay relatos
MUY buenos (permítanme las mayúsculas). De esos que uno se los queda en la
retina por años después de haber leído y prestado y perdido el libro o revista
donde aparecen.
La historia
“CIRCUS” de Wallis + Inostroza es una de ellas. Probablemente la que más me
alucinó. Está perfectamente integrada al relato general y sin embargo es tan
potente que podría (puede) existir de forma totalmente autónoma. La solución
gráfica es muy atractiva y la cita histórica muy bien utilizada.
El relato de
apertura, “CONCILIO” (otra vez Wallis esta vez con Italo Ahumada en los lápices
y Danny Jimenez en el entintado) es un potente punto de partida que de seguro
invita a seguir con la lectura, con un dibujo notable de Italo que para este
tipo de historia resulta impecable.
Luego el editor
se hace cargo de su cría, con “BÓVEDA ” y empieza a armar el esqueleto de la
historia propiamente tal. Se pierde un poco la atmósfera en que el relato de
entrada nos había sumido para hacer más trasparente la narración y lo mismo el
dibujo, es una línea más tradicional y más cercana a la historieta de aventura.
Personalmente yo no disfruté demasiado el cambio, pero se asume que es el
compromiso al que los editores suscriben con ese modo de trabajo (múltiples
autores) y al plan de la historia que se quiere contar.
A
continuación viene “HUERFANOS” una notable interrupción en la línea de los que
se está construyendo. Esta historia tiene un tono distinto y para efectos de la
trama general podría perfectamente no estar, pero para efectos de la obra es un
tremendo aporte. El dibujo de Vicho Plaza es la elección perfecta para esa
breve fábula. Quizá en las viñetas de la penúltima página hay mucho vacío y
pareciera que el dibujante estaba un poco apurado, en la página final se
recupera y retoma el nivel previo.
La siguiente
historia “SIMBIOSIS” es para mí el momento más débil de toda la obra. Me
pareció un cliché predecible, muy de thriller psicológico gringo, que si bien
se inserta dentro de la mitología que se construye es perfectamente
prescindible. El dibujo, siendo correcto y todo parece perder mucho al ser una
edición en escala de grises. Quizá era una solución que funcionaba mejor en
colores y aquí no me termina de convencer.
El siguiente
relato “FATAMORGANA” tampoco me deja completamente satisfecho, más que nada en
su forma de resolver el final, que parece algo apresurado, como de teleserie,
donde los personajes policiales casi nunca son creíbles.
Pronto el
libro retoma su ritmo y contundencia. “DANTE” es una pieza muy bien lograda, pese a que también reposa en algunos
clichés de policial gringo psicológico.
Otra sorpresa
agradable es “LEGION” de Sebastián Castro con dibujos de Juan Márquez. Aquí nos
topamos con la mayor dosis de
humor en todo el libro y los guiños (que no tratan de ser rebuscados
para nada) con seguridad nos sacan una sonrisa.
Seguido encontramos
un relato que es netamente parte de la continuidad general y que esta dibujado
en forma maestra por Gabriel Rodríguez.
“MÁQUINA” es
otro relato muy bien logrado aunque personalmente -y esto es cosa de gustos
nada más- odié el diseño del disfraz del protagonista con unas alas imposibles.
Pero no me hagan caso en eso, es meramente un capricho de lector.
Son en total
18 relatos y no pretendo abordarlos todos. Bastante trabajo es llegar hasta
aquí sin caer en los spoilers u otros vicios, por eso voy a detener la revisión
individual aquí.
Algunos
comentarios puntuales. Brian Wallis empieza su “CONCILIO” y su “CISMA” con una
escena idéntica. Un personaje sentado esperando, otro llega, toma asiento y le
dice: déjame contarte una historia. Y luego flashback histórico. Quizá era
intencional, para establecer un tono, pero cansa.
La primera
vez que se usa queda genial, pero en la segunda personalmente me pareció
trampa, como usado por falta de otros recursos.
Finalmente no
he dicho palabra alguna sobre las ilustraciones que acompañan cada nuevo
relato. Son geniales. El autor es Claudio Romo y realmente son imágenes que se
toman el volumen y lo dotan de una impronta oscura que lo unifica fuertemente.
Ignoro si
para quienes no conocieron estas historias en sus lanzamientos originales, en
web o papel y se enfrentaron a la continuación en formato novela gráfica que se
llama ETERNO RETORNO al enfrentarse a la precuela se verán agradecidos o
defraudados. No he leído todavía ETERNO RETORNO como para atestiguar al
respecto. Lo que sí puedo afirmar es que después de pasar por In absentia uno
queda con ganas de leer lo que sigue. Y eso es siempre bueno.